La ilustradora Cinta Vidal crea arquitecturas imposibles y espacios deconstruidos que juegan con la perspectiva y la gravedad. Sus obras son de un delicado realismo que contrasta con la desestructuración de espacios surrealistas habitados.


Cinta Vidal experimenta con la perspectiva y la gravedad proponiendo diferentes orientaciones para sus obras, diferentes modos de ver y de habitar. Sus pequeños universos flotan en el aire cuestionando la cotidianeidad en lo que ella llama "construcciones antigravedad".
Podemos diferenciar varios niveles de experimentación: desde la ciudad o el barrio, el vecindario, al edificio, la casa, la habitación o la oficina. Su obra contiene incluso microcosmos flotantes de paisajes montañosos, pero en todos ellos la figura humana habita de una forma u otra el espacio.

«Quiero que los espectadores reconozcan lo que están viendo, pero que lo vean de una manera muy diferente, desestructurada y rota».


Podemos ver dos tendencias: la agrupación de los elementos en pequeños ensamblajes compactos, o la total dispersión y eclosión de estos en todas las direcciones. Sea una u otra tendencia, ninguna corresponde con el espacio tradicional tal y como lo concebimos. Los elementos arquitectónicos, la naturaleza y los muebles se disponen de una manera única para cuestionar su lugar en nuestro entorno y nuestra propia manera de relacionarnos con él, desafiando las leyes de la gravedad y la física.


"Me gusta jugar con la arquitectura para hablar de cómo somos y cómo nos relacionamos. Son tiempos extraños y distópicos, en los que nos aislamos en nuestros hogares, protegiéndonos de un mundo exterior cada vez más enloquecido. Busco recrear ese momento de tristeza donde no es ni de día ni de noche y cada uno habita su hogar a su manera. Lo que sucede dentro de cada casa es siempre un misterio."

